Washington.- El Gobierno estadounidense apuntó hoy a Birmania, China, Irán y Corea del Norte como los países que cometen «las mayores violaciones de la libertad religiosa», junto con Sudán, Eritrea y Uzbekistán, y denunció que en Latinoamérica Venezuela y Cuba practican «acciones restrictivas» en la materia.
El Departamento de Estado norteamericano presentó su informe anual sobre la libertad religiosa en el mundo, que analiza la persecución, la discriminación y las iniciativas y leyes en pos del respeto confesional y que le sirve como indicador para su política exterior.
En él se denuncia que «para proteger las creencias y tradiciones de la mayoría o de la religión dominante», algunos gobiernos siguen haciendo proselitismo y durante el año pasado tomaron medidas «para restringir los derechos de los individuos».
El documento diferencia entre los países que practican una represión total, como China o Irán, con los que ponen obstáculos al libertad de credo.
Entre estos últimos, se encuentra Cuba y Venezuela, en los que, aunque sus constituciones reconocen el derecho a practicar cualquier confesión, sus gobiernos llevan a cabo «acciones restrictivas» en la libertad religiosa, según el informe.
El reporte denuncia que en Cuba «la policía golpeó y detuvo a 18 personas en una iglesia católica que antes había participado en una protesta política».
Además, recoge quejas de algunos presos porque «los funcionarios de prisiones hicieron caso omiso de repetidas peticiones por escrito para visitas religiosas».
Por otro lado, todos los grupos religiosos deben registrarse obligatoriamente con el Ministerio de Justicia.
No obstante, advierte de «ciertas mejorías» ya que se «ha permitido a los grupos religiosos apolíticos que se reúnan en sitios aprobados por el Gobierno».
En Venezuela los diferentes cultos también están obligados a registrarse para obtener el estatus jurídico de organización religiosa.
El informe menciona «algunos esfuerzos realizados por el Gobierno, motivados por razones políticas, para limitar la influencia de grupos religiosos en ámbitos geográficos, sociales y políticos».
En este sentido critica los discursos del presidente venezolano, Hugo Chávez, contra la Iglesia católica y otros comentarios antisemitas «que han creado un efecto (negativo) en la sociedad».
Entre los países donde hay una ausencia total de libertad religiosa, Birmania está desde 1999 en la lista negra de Estados Unidos en la materia y tiene varias sanciones comerciales por la violación de los derechos humanos, incluida la prohibición de comprar armas al exterior.
Otro de los países que repite desde esa fecha es la China, que «ha intensificado la represión religiosa en algunas áreas, como el Tíbet y en la región de Xinjiang».
El reporte advierte del hostigamiento en ese país a algunos grupos religiosos a los que se les obligó a cerrar sus centros durante los pasados Juegos Olímpicos.
También resalta las campañas educativas que ha iniciado el Gobierno chino que obligan a los religiosos a denunciar al Dalai Lama y otras restricciones que llevaron a los monjes a manifestarse pacíficamente el pasado marzo.
En Corea del Norte «la libertad religiosa no existe y no hay ningún cambio en el respeto extremadamente pobre» a este derecho, hasta el punto de que entre 150.000 y 200.000 personas permanecen en prisión por razones religiosas «en condiciones extremadamente duras, donde son torturados y no reciben alimentos».
En el caso de Arabia Saudí, uno de los países más represivos, el informe señala que ha experimentado mejoras gracias a algunas reformas que está implantando el Gobierno, por ejemplo en educación, que «traerán mejoras adicionales en el futuro».
Por su parte Irán, cuya Constitución recoge la protección a las minorías, «en la práctica todos los que no son musulmanes chiíes son discriminados y las acciones del Gobierno crean un ambiente de miedo para algunas minorías».
Estados Unidos, que no tiene relaciones diplomáticas con Irán, pidió a los países que tienen relaciones bilaterales que intercedan ante Teherán para que cumpla con la libertad religiosa, en especial hacia la comunidad judía iraní y a los cinco millones de fieles de la religión bahaí.
En Sudán, el documento diferencia entre el norte, de mayoría musulmana y donde los católicos sufren represión, y el sur, más permisivo.
Sin embargo, es un país regido por la ley islámica (sharia) y todos los niños, aunque vayan a una escuela católica, deben estudiar el Islam.
«Las restricciones en la libertad religiosa impiden que mejoren las relaciones entre EE.UU. y Sudán», sostiene el informe.
EFE
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