La magnitud de este escándalo costó el puesto al director de la agencia de control de calidad de productos, Li Changjiang, quien presentó su dimisión al gabinete, que la aceptó, según la agencia oficial de noticias China Nueva. Se trata del responsable de mayor jerarquía política que cae en la escalada de esta crisis de seguridad alimentaria.
Unos 53.000 niños tuvieron que ser atendidos en el país y 13.000 de ellos siguen hospitalizados -104 de ellos en estado grave- después de haber consumido leche adulterada con melamina, anunció el lunes el ministerio chino de Salud.
En el extranjero, varios países, sobre todo asiáticos y africanos, suspendieron las importaciones de leche china, e incluso de todos los productos lácteos de ese origen: Bangladesh, Birmania, Brunei, Burundi, Gabón, Japón y Tanzania.
Varios fabricantes ordenaron la devolución de alimentos, como la empresa nipona Marudai Food, que retiró miles de pancitos industriales fabricados con leche suministrada por Yili, una de las comopañías chinas implicadas.
El domingo, las autoridades de Singapur anunciaron que descubrieron este veneno potencial en los caramelos de una célebre marca china: «Conejo blanco».
Singapur ya había suspendido desde el viernes la importación y venta de productos lácteos de China despues de descubrir melamina en la leche, el yogurt, los helados, las galletitas y el chocolate.
La Agencia de Alimentos y Medicamentos surcoreana anunció el lunes que se inspeccionarán todos los productos lácteos procedentes de China. Esta agencia sanitaria explicó que se inspeccionarán unas 13.600 toneladas de productos lácteos importadas este año, incluyendo leche en polvo y leche condensada.
«Es evidente con lo que sucede en China con esa leche, lo que sucedió con el aceite adulterado en Ucrania, que la sociedad tiene exigencias», afirmó Barnier en una entrevista el domingo, en ocasión de una reunión con sus colegas europeos en Annecy (centro-este de Francia), que comenzó el lunes.
El gigante alimentario suizo Nestlé reafirmó el lunes que sus productos lácteos fabricados en China no están adulterados con melamina, pero que algunos contienen «rastros» de esa sustancia en proporciones inofensivas para el consumo.
El escándalo de la leche adulterada china, que ya tiene a nivel planetario, reveló una práctica denunciada hace varios meses: el agregado de melamina a productos alimentarios para engañar respecto a su tasa de proteínas y hacer artificialmente que parezca más elevada.
China es regularmente acusada por sus productos alimentarios y farmacéuticos de mala calidad o tóxicos, y sus juguetes con pintura de plomo, entre otros.
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