Las autoridades de Haití han elevado ya a 92 la cifra de muertes por el derrumbe el pasado viernes 7 de noviembre de una escuela evangélica en Puerto Príncipe. El número es provisional, pues hay 164 heridos hospitalizados (de ellos 40 graves) y se teme que aún queden personas atrapadas bajo los escombros.
El propietario y director de la escuela «Promesa Evangélica», el pastor protestante Augustin Fortin, se encuentra detenido a la espera de aclarar responsabilidades. Aunque Preval -Presidente de Haití- dijo que asumía que este accidente es «responsabilidad del Estado», que no tomó todas las disposiciones necesarias para impedir construcciones como la del edificio siniestrado, edificado sobre un terreno inapropiado; posteriormente ha declarado que la escuela fue construida casi sin acero o cemento estructural para unir sus bloques.
Aún se desconocen con seguridad las causas de lo sucedido, aunque algunos vecinos advirtieron de que hace siete años el edificio sufrió un derrumbe parcial. Entonces fue reconstruido, al parecer, de manera precaria.
El colegio estaba ubicado en una zona que presenta una desordenada construcción cerca de un precipicio, lo que ha dificultado enormemente el acceso de los vehículos y las maniobras de rescate.
El presidente del país, René Préval; la primera ministra, Michelle Pierre-Louis; el ministro de educación nacional, Joel Desrosiers Jean-Pierre, así como otros funcionarios, se trasladaron al lugar del accidente para constatar la situación.
Puede ver aquí la noticia en video sobre el derrumbe de un colegio evangélico en Haití (video, 6 Mb).
DESLIZAMIENTO DE TIERRAS
La noticia del colapso del colegio conmocionó a la población haitiana y varios habitantes condenaron, en llamadas a emisoras de radio locales, que en el país se continúe permitiendo las construcciones en zonas de alta vulnerabilidad.
Y es que, según la hipótesis más verosímil que manejan técnicos que trabajan en la zona, un deslizamiento del terreno pudo ser la causa del derrumbe del colegio.
El cónsul de España en el país, Juan Pedro Pérez Gómez, explicó en conversación telefónica que al parecer el centro escolar estaba ubicado en una zona de pendiente erosionada, algo que estimó «frecuente» en Haití y que en este caso pudo provocar el deslizamiento de tierra.
DOLOR Y CONFUSIóN
Una fuerte conmoción reinó en la zona donde acudieron miles de personas, mientras que la Policía y la Minustah intentaron controlar la situación para facilitar las operaciones de socorro. En el lugar se escuchaban gritos de personas atrapadas que se mezclaban con los de sus parientes que acudieron a buscarles.
Una mujer dijo a la prensa que encontró los cadáveres de tres de sus seis hijos que estudiaban en el colegio ´La promesa evangélica», mientras que otra, de 60 años, lloraba al no encontrar a su nieto que también asiste a dicho centro educativo.
Nada más ocurrir la tragedia muchas personas buscaban entre los escombros a sus hijos y parientes, tareas a las que se sumaron desde temprano socorristas de la Cruz Roja Internacional, de la Cruz Roja haitiana, de Médicos Sin Fronteras y voluntarios.
Unos ochenta especialistas buscaron durante tres días entre los escombros sobrevivientes o muertos, ya que según los expertos, es posible que haya personas vivas bajo los escombros que pueden sobrevivir durante 72 horas. De hecho, ayer otros cuatro supervivientes fueron extraídos de los escombros. Desde entonces, no se han encontrado más personas con vida.
Pero ya los equipos de rescate que trabajan en la escuela derrumbada en Haití concluyen la búsqueda de supervivientes en el lugar y pronto pasarán a demoler los restos del edificio. «Los trabajadores de rescate y expertos están haciendo la última revisión para asegurarse de que no haya nadie vivo bajo los escombros», explicó la directora de Protección Civil para el departamento oeste de Haití, Nadia Lochard. «Entonces pasaremos a la siguiente fase. Comenzaremos a usar equipo pesado para retirar los escombros y bloques. Recuperaremos todos los cadáveres y destruiremos el edificio», agregó.
Hasta ahora, los expertos en desastres y brigadistas se habían abstenido de usar maquinaria pesada en el lugar de los hechos por temor a que los bloques inestables y otros restos pudieran caer sobre posibles personas atrapadas bajo los escombros.
Fuente: Efe. Redacción: ACPress.net
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