Carline Petrie, cristiana devota de 45 años, ha sido acusada de violar el código de conducta sobre igualdad y diversidad aunque la paciente en cuestión no llegó a quejarse de su comportamiento.
La enfermera le ofrecio orar a May Phippen, una viuda de 79 años, tras visitarla el pasado diciembre, y la anciana simplemente mencionó lo ocurrido de paso a otra enfermera al día siguiente.
A raíz de la acusación de que ha sido objeto, Petrie dijo que en ningún caso había intentado imponer sus creencias a otra persona, sino que se había limitado a ofrecerle ayuda espiritual.
“No logro entender cómo ofrecerme a orar por alguien puede ser perturbador. Creo que es algo positivo y que transmite esperanza”, explicó la enfermera.
“Era la primera vez que la veía… no me gustaría que la despidiesen por una cosa así. Yo mismo tengo las mismas creencias cristianas y seguramente lo hizo con la mejor intención”, dijo la anciana.
Pero, agregó, “es algo que podría perturbar a otros de diferente fe o que incluso podrían asustarse al pensar que si alguien se ofrecía a orar por ellos es porque debía pensar que estaban muy mal”.
Por su parte, la enfermera admitió haber sido amonestada ya el pasado noviembre. El marido de la enfermera, técnico de telecomunicaciones, calificó de “ridículo” el que se haya llegado a ese extremo y expresó su esperanza de que “se imponga el sentido común”.
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