Los internos y el trabajador del centro han participado en una celebración autorizada por la dirección del centro, que lo ha considerado un acto positivo para los reclusos. José María Pino presidió el culto evangélico junto a otro pastor de prisiones, Jorge Ledesma, que trabaja habitualmente en EEUU. A parte de quiénes se bautizaron, participaron en el acto otras 70 personas privadas de libertad, y las autoridades del penal.

Para el bautismo, se instaló una piscina en el patio de la Unidad, donde los quince internos y el cabo Pérez, numerario de este establecimiento, hicieron pública su fe en Jesús.

Para el director general de la Unidad Penal 44, Marcelo Capra, el acto ayuda a la prisión. Destacó como “trascendental la aportación que hacen pastores y capellanes en la contención espiritual de los internos y el hecho de que todos juntos participen de una misma ceremonia”.

Añadía que era más especial aún el hecho que “además se bautice entre los internos un agente penitenciario”, lo cual según el director del centro “es relevante para formar a estas personas como un ejemplo de tolerancia y de buena relación en esta comunidad, que tiene como espacio común el que contienen los muros”.