Argentina

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Colombia, (ORBITA).- «Que el ocho de marzo sirva para reflexionar y no siga siendo lo que es hoy: una fecha comercial para regalar rosas, decirles cuán bonitas se ven, llevarles serenatas, pero al terminar el día, vuelve la violencia y los golpes», señaló Claudia Rodríguez de Castellanos, coofundadora de la Misión Carismática Internacional y actual Senadora de la República en el Congreso.

Rodríguez de Castellanos llamó a la reflexión sobre la situación de las mujeres en el país, diciendo que «escuchar todas las mañanas y las tardes, pero en especial las noches el llanto de las mujeres maltratadas, violentadas y abusadas no es nada fácil, en especial cuando estos casos hacen parte de los 50 mil registrados oficialmente por Medicina Legal de violencia intrafamiliar en Colombia».

«Llegó el ocho de marzo y vale la pena hacer varias reflexiones acerca de la conmemoración de este día internacional fijado por la ONU, en consenso con las llamadas «naciones democráticas», indicó la congresista, advirtiendo la existencia en las ciudades del país de Juzgados de Familia, Jueces de Paz y en Bogotá, las llamadas Casas de Justicia, donde se encuentra asesoría legal, sicológica y policial a la hora de afrontar un «desagradable suceso de violencia dentro de casa».

La líder política y religiosa, añadió que lo primero que se hace necesario, y por todo el país, desde el Gobierno, el Congreso, los organismos de control y la sociedad entera, «es que estamos enfermos de violencia, cotidiana, sí, pero la que más daño, muertes y lesiones a largo plazo produce».

«Por casos de intolerancia entre parejas, entre familiares, se llegan a cifras de 15 a 18 mil muertos al año en forma violenta, cuando el conflicto armado por sí mismo produce tres mil muertes; los atropellos, los accidentes, los homicidios por problemas personales y familiares son los que están quitándole horas de vida a una nación que necesita encontrar de nuevo su rumbo espiritual y social», declaró Rodríguez, cuestionando acerca del futuro que le espera a un país «que a diario genera violencia cotidiana, en los hogares, hacia sus niños, ancianos y mujeres; nada bueno, sino hacemos algo» sentenció.

La congresista dijo que se debe insistir en adelantar, proponer, consolidar programas y leyes que llamen a este asunto por su nombre, sin eufemismos, que combata total y frontalmente a los violentos contra su propia progenie y que imponga penas ejemplares a quien ose tocar a un niño, anciano o mujer, impulsando campañas agresivas contra el maltrato, y en darle un valor especial a la lúdica y a la pedagogía, con empeño y recursos estatales y privados.

«Necesitamos trabajar conjuntamente entre todos los poderes y sectores que conforman el Estado colombiano, pero hacia un mismo objetivo y dejar tantos esfuerzos por separado y que se contradicen, y aquí necesitamos norte y tareas por hacer, bajo una misma línea, que no es otra, superando intereses y rencillas políticas y/o sociales, que la de defender a quienes viven a diario el infierno del maltrato y de la violencia: los niños, ancianos, pero en especial las mujeres», puntualizó la congresista. (William Delgado Gil)

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