Un artículo reciente del Wall Street Journal asegura que posiblemente estamos siendo testigos de la muerte de las denominaciones cristianas de Estados Unidos.
RUSSELL D. MOORE decano del Seminario Teológico Bautista del Sur en Louisville, KY, escribió la nota donde dice que los estudios realizados por organizaciones laicas y cristianas indican que cada vez menos cristianos estadounidenses se identifican con una particular denominación religiosa como los metodistas, bautistas, presbiterianos y pentecostales.
Según la Encuesta sobre la religión de la Universidad Baylor las iglesias sin denominación ahora representan el segundo grupo más grande de las iglesias protestantes en América y también son las de más rápido crecimiento.
Moore asegura que cada vez más cristianos eligen una iglesia no sobre la base de su denominación, sino sobre la base de cuestiones más prácticas. ¿El templo es fácil de encontrar? ¿Me gusta la música? ¿Existen grupos de apoyo para los que luchan contra la adicción?
Según él esta tendencia es una extensión natural de la experiencia evangélica de América. La generación de evangélicos después de la Segunda Guerra Mundial enfrentaron a las congregaciones que consideraban les faltaba vida espiritual. Las personas pertenecían a una iglesia pero parecía que dentro del templo no tenían una experiencia emocional.
Los grupos renovadores, vieron crecer las burocracias cuando la denominación se hizo más grande y las iglesias pasaron de enviar misioneros a predicar por todo el mundo a la producción de documentos técnicos sobre temas como la política energética.
Moore cree que los renovadores querían volver a lo básico, para recuperar la centralidad de una relación personal con Jesús. “Ser miembro de una iglesia no te hace un cristiano,” el tópico omnipresente en el púlpito evangélico fue, “vivir en un garaje no te hace un coche.”
Antes de 1955, prácticamente no existían mega-iglesias en EE UU (definida como iglesias con dos mil personas en el servicio de adoración). Ahora, hay entre 850 y 1.200 mega-iglesias y muchas de ellas no tienen denominación, según una Investigación del Instituto Hartford para la Religión.
El evangelicalismo quería abrir sus puertas a todos los creyentes que a menudo carecen de raíces en las tradiciones de las congregaciones en particular. Así que muchas iglesias evangélicas tienen una identidad genérica. Esto, según el pastor ha cambiado la sensación de vida de la iglesia local.
El autor termina diciendo que hay algunas señales de una creciente iglesia evangélico-centrada. “Muchos evangélicos jóvenes pueden estar a punto de reconsiderar la doctrina confesional, por la sencilla razón de que están mostrando signos de fatiga con el consumismo típico de los evangélicos”.
Moore dio como ejemplo a predicadores de la prosperidad como Joyce Meyer que, según el, en su libro “Eat the Cookie, Buy the Shoes,”, anima a los cristianos a “iluminar” su vida comiendo galletas y comprando zapatos. En contraste citó el el libro “Radical” de David Platt, un predicador de Alabama que está motivando a miles de jóvenes a rescatar a su fe mediante la reducción de su nivel de vida y dar su tiempo y dinero a organizaciones de caridad operadas por las Iglesias.
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