Más de seis semanas después del potente seísmo y subsiguiente tsunami que arrasaron la costa noreste del país y dejaron 26.000 personas muertas o desaparecidas, la región intenta concluir la limpieza de los escombros y salir adelante.
«Cuando te enfrentas con tanta muerte, en verdad te hace pensar», dijo Junko Chiba, de 46 años. «Pero hay cosas que aprendes mediante el sufrimiento. Te ayuda a entender tus bendiciones, más que si llevaras una vida cómoda «.
Chiba condujo su coche toda la noche desde la prefectura de Saitama, cercana a Tokio, para asistir junto con unas 20 personas a las ceremonias religiosas del Domingo de Pascua en la Iglesia Bautista de la Biblia en Kesennuma.
La familia de Chiba vive en Oshima, relativamente próxima a Kesennuma, y asistía con regularidad junto con ella a la iglesia local cuando él iba a la secundaria.
La iglesia, de madera y pintada de blanco, se ubica en lo alto de una colina en esta localidad pesquera a la que devastó el desastre. El templo, uno entre varios que hay en Kesennuma, no registró daños, pero sus fieles perdieron casas, empleos y vecinos.
La iglesia del pastor Hitotsugu Chiba en Kesennuma sirve de centro para la entrega de artículos de asistencia y voluntarios, y como lugar de oración.
UNIDOS EN LA TRAGEDIA
No obstante, estas personas se consideran bendecidas y creen que su sufrimiento las ha acercado aún más a Dios. También a sus hermanos en la fe.
El desastre estrechó aún más los lazos de unión de la comunidad cristiana del país. Grupos como «Auxilio, Asistencia, Apoyo y Esperanza Cristianos» de Japón enviaron delegaciones a toda la zona norte para que entregaran suministros y efectuaran labores de limpieza en las iglesias dañadas.
UNA MINORÍA
Aunque la presencia cristiana data de siglos en el país, no ha logrado el mismo impulso que ha tenido en Corea del Sur y China, donde son una gran mayoría.
La sociedad japonesa actual es predominantemente laica, aunque practica los rituales sintoísta y budista dependiendo de la ocasión. Los cristianos representan una pequeña minoría en Japón, menos del 1% de la población, según la mayoría de los cálculos.
Fuentes: AFP, Protestante Digital 2011
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