La violencia religiosa y étnica entre grupos de cristianos y musulmanes en las comunidades rurales del centro de Nigeria ha exiliado en los últimos días a 5.000 personas y ha producido hasta 79 muertos.
Miembros del grupo étnico tiv, que son en su mayoría agricultores cristianos, se enfrentaron con los pastores fulani nómadas, que son en su mayoría musulmanes . Los combates comenzaron cuando los pastores fulani encontraron parte de su ganado sacrificado, de acuerdo a la información del comisionado del estado Conrad Wergba.
Estos actos de violencia en la región centro del país se erige como una línea divisoria entre una serie de grupos étnicos y religiosos. «Es un problema que ocurre», dijo a la AP Wergba. «Hay un conflicto cada vez que el ganado de los fulani destruye las tierras de cultivo tiv durante el pastoreo».
Nigeria es el país más poblado de África. Alrededor de la mitad de los nigerianos son cristianos y se ubican en el sur del territorio. La otra mitad son musulmanes y habitan en el norte. La violencia en la región media se ha producido durante décadas, pero se ha intensificado en los últimos años.
TIEMPO DE COSECHA
«Esta crisis llega en un momento en que las personas que residen en estas áreas, que son en su mayoría agricultores, están cosechando sus cultivos», dijo el presidente de la Cámara del estado de Benue en la Asamblea, David Iorhemba, a los periodistas.
Para las comunidades rurales en el centro de Nigeria, la cosecha es el momento más importante del año para el aprovisionamiento de la comida y el material de suministro para el resto del año.
«La temporada de cosecha ha comenzado, pero muy lamentablemente, los agricultores de las áreas han sido desplazados, sus granjas y hogares han sido destruidos completamente con los niños y las mujeres que sufren más que cualquier otro grupo», dijo Iorhemba.
La situación ocasiona nuevos problemas, ya que los refugiados que huyen de la zona se acumulan en los campamentos en las ciudades cercanas, donde los suministros y la asistencia son limitados, informaron funcionarios estatales.
EN BUSCA DE SOLUCIÓN
Iorhemba instó a sus colegas del gobierno para trabajar hacia un fin definitivo de la violencia. Se recomienda enviar más tropas a la región, y un aumento de la ayuda para las masas exiliadas.
A pesar de la preocupación de algunos pobladores, la policía de la zona dice que la situación está bajo control y los culpables han sido atrapados.
«Por ahora la situación es absolutamente tranquila y las fuerzas de seguridad han sido desplegadas para asegurarse de que el problema no se agrave», dijo en un comunicado Ejike Alaribe, portavoz de la policía del estado de Benue.
La cifra de muertos subió de cinco a más de 80, lo cual se atribuye al hecho de que las comunidades rurales no suelen denunciar las muertes, y que la violencia se extendió entre una zona rural amplia.
«Es una zona remota. La mayoría de las cosas pasan sin que vayan a denunciarlas a las autoridades competentes. Las víctimas pueden ser incluso más», dijo Alaribe.
Fuentes: The Christian Post, Protestante Digital
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