Las estadísticas muestran que en la sociedad en general hay un 1% de psicópatas. Restringiendo el dato a los líderes empresariales, políticos o religiosos, esa cifra sube hasta el 4%.
Jon Ronson, que ha publicado un libro (“¿Es usted un psicópata?”, Ediciones B) con las conclusiones de su investigación sobre este trastorno de la personalidad, describe al psicópata como alguien que “no tiene remordimientos, no siente empatía, no se siente avergonzado… Así que no tiene ninguna razón para ser buena persona” . Vistos estos rasgos, concluye que en las áreas de alta responsabilidad hay muchas más personas que cumplen el perfil.
“Los psicópatas buscan el éxito, pero no necesariamente llegar a ser un magnate”. Para muchos, el éxito es controlar y aterrorizar a una pequeña oficina”, dice el autor. Aún así, la imagen habitual de una persona con psicopatía no es la que se puede ver en las películas de terror. “Los instintos violentos son sólo uno o dos de los puntos de la lista. Por supuesto que hay mucho psicópatas que no son violentos, que dan salida a su ambición por otras vías”.
Tener los rasgos de un psicópata, sobre todo en un ambiente de alta competitividad y de lucha descarnada por los puestos de poder, incluso podría ser útil para conseguir ciertos objetivos. “Un montón de los psicópatas de cuello blanco, que provienen de buenas familias, no cometen crímenes, sino que llegan a ser tremendamente exitosos en sus profesiones”, explica Ronson.
“Cualquier jefe tiene posibilidades de serlo, pero además creo que hay muchos psicópatas en el mundo del periodismo, una de las profesiones en las que no tener escrúpulos y ser despiadado se considera una cosa buena”, dice.
SEPARAR LOS MITOS DE LAS ESTADÍSTICAS
En el libro, que más que académico pretender ser de difusión, el autor se ha centrado en prevalencia de la psicopatía, sus consecuencias, su tratamiento a través de los años. Lo ha hecho mediante una serie de entrevistas que incluyen encuentros con psiquiatras, enfermos, criminales y líderes empresariales.
Decidió investigar sobre la psicopatía para ver qué hay de cierto y qué de mera especulación en la diagnosis de locura que con tanta facilidad se prescribe en el mundo entero.
Ronson ya era conocido por sus trabajos de investigación en el periódico The Guardian y por un libro anterior, “Los hombres que miraban fijamente a las cabras”, adaptado al cine en 2009 por George Clooney.
EL TEST DE HARE COMO HERRAMIENTA
Robert Hare es un prestigioso psicólogo criminal que desarrolló el test estándar que diagnostica la psicopatía. El experto afirma que “si despojamos el cerebro humano de la cordialidad y el afecto, no queda gran cosa excepto la determinación de triunfar” .
En su escala para identificar este trastorno de personalidad incluye criterios como la “locuacidad o encanto superficial”, el “concepto elevado de la propia valía”, las “mentiras patológicas”, una “ausencia de sentimiento de culpa” o la “incapacidad para aceptar la responsabilidad de los propios actos”.
En total, desvela las 20 características que comparten los psicópatas . Hare y Ronson llegan a la conclusión de que, si se les aplicara este test, muchas de las personas que ocupan puestos de responsabilidad en las altas esferas del poder político y económico serían consideradas psicópatas.
De hecho, las características de un psicópata coinciden con las prácticas de algunos personajes públicos que han saltado a la fama por escándalos de corrupción y abuso de poder, que además no han mostrado remordimientos después de haber sido declarados culpables.
El Test de Hare puntúa con 0, 1 o 2 puntos (de menor a mayor presencia) las siguientes preguntas: ¿Es locuaz? ¿Tiene encanto superficial? ¿Alardea de sus títulos y su valía? ¿Suele mentir con descaro? ¿Solo se siente bien en puestos de dirección? ¿Manipula a los demás? ¿Carece remordimiento? ¿Sus afectos son superficiales? ¿Su carácter es inestable? ¿Carece de empatía con los demás? ¿Carece de amigos de la infancia? ¿Quiere realmente a su pareja? ¿Tiene tendencia al aburrimiento? ¿Su estilo de vida es parasitario? ¿Tiene reacciones poco meditadas? ¿Tiene mala memoria? ¿Sus proyectos carecen de realismo? ¿Su carácter es impulsivo? ¿Adopta decisiones e iniciativas irresponables? ¿Ha tenido algún tipo de problemas con la ley aunque haya salido absuelto?
Si en total se suman 29 ó 30 puntos, la posibilidad de sufrir psicopatía es muy alta, explica el autor.
LA TENTACIÓN DE “CAZAR” SUPUESTOS PSICÓPATAS
Ahora bien, es muy importante “resistir el impulso de colgarle la etiqueta a cualquiera”, dice Ronson. “Si lo que tienes es un psicópata en la oficina, descubrirlo es una buena cosa porque saberlo te permitirá defenderte de sus manipulaciones, de sus ataques, sabrás que no es nada personal, que no es un problema tuyo, es un problema del otro».
Pero advierte de que hay que ir con mucha cautela ya que “enseguida empiezas a demonizar a cualquier persona que se ha portado mal contigo: el policía de tráfico, el jefe, un editor que te hace una crítica mala”.
De hecho, Ronson asegura que la escala de Hare “es un arma peligrosa” y advierte de que “hay que tener mucho cuidado a la hora de etiquetar a la gente, porque una vez que te han colgado una etiqueta es muy difícil quitártela. Hay que resistir el impulso de colgarle la etiqueta a cualquiera que te caiga mal”.
El autor concluye que su libro “es un reflexión moral sobre la importancia de la locura en nuestras vidas, cómo usamos la locura para destruir a otros; cómo usamos acusaciones de locura contra otros, y cómo esas etiquetas que le colgamos a la gente tienden a demonizarlos”.
Fuentes: BBC EFE, Protestante Digital
Este articulo esta bajo unalicencia de Creative Commons..