Argentina, (ORBITA).- Los 25 años de ACIERA se celebraron el pasado 11 de octubre, a las 20.30, en el Hotel Panamericano de Buenos Aires, este evento fue con el propósito de invitar a las autoridades nacionales y personalidades destacadas que participan en diversas áreas sociales de Argentina y que conto con la participación del destacado evangelista Luis Palau.
En la reunión Palau, subió al estrado y fiel a la más noble tradición evangélica, abrió la Biblia y leyó con voz vibrante un pasaje de la primera carta de San Pablo a Timoteo: «Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad». Palau no eligió al azar el tramo, sino movido por la sorpresa de ver a tantos políticos en campaña participando de la multitudinaria cena.
Como se sabe ACIERA representa al 80 % de los evangélicos del país- es fácilmente imaginable: el fuerte crecimiento evangélico de las últimas décadas -sus dirigentes estiman que, de los 27 millones de ciudadanos en condiciones de votar, cinco millones son evangélicos-, que convirtió a esa comunidad en un sector electoralmente muy apetecible.
Eso sí, seguramente por la apretada agenda de campaña, varios se hicieron esperar, al punto que se atrasó el comienzo de cena. Pero de a poco fueron apareciendo Ricardo López Murhpy «que compartió la mesa con el animador Raúl Portal, mostrando que no es tan severo como parece-, Francisco De Narváez, Patricia Bullrich, Federico Pinedo, Carlos Melconian, Jorge Vanossi, Esteban Bullrich, Santiago de Estrada, Paula Bertoll y Jorge Enríquez, entre otros.
Eso sí, seguramente por la apretada agenda de campaña, varios se hicieron esperar, al punto que se atrasó el comienzo de cena. Pero de a poco fueron apareciendo Ricardo López Murhpy «que compartió la mesa con el animador Raúl Portal, mostrando que no es tan severo como parece-, Francisco De Narváez, Patricia Bullrich, Federico Pinedo, Carlos Melconian, Jorge Vanossi, Esteban Bullrich, Santiago de Estrada, Paula Bertoll y Jorge Enríquez, entre otros.
A los anfitriones les sorprendió la escasa presencia del oficialismo, entre los que se contaron el secretario de Culto, Guillermo Oliveri, y su segundo, Alejandro Gossman. Pero más sorpresa les causa, admiten a media voz, que el Gobierno -pese al decidido apoyo de Oliveri- no impulse la derogación de la ley de Cultos de la dictadura, que los obliga a inscribirse en el registro como fundación y no con una personería especial religiosa.
«El oficialismo sabe que gana y por eso no nos tiene muy en cuenta», se lamentó un pastor ante este cronista. No es, por cierto, la posición de los que pelean desde abajo. El presidente de ACIERA, el pastor Rubén Proietti, acaba de admitir que cada vez más ante una elección, las agrupaciones políticas no sólo buscan el supuesto «voto evangélico», sino que llegan a ofrecer -a modo de señuelo- puestos en las listas.
Con todo, Proietti desalentó los intentos electoralistas. «Los políticos imaginan que, por nuestra capacidad de convocatoria e intensa militancia de nuestros fieles, podemos ser llevados de las narices por indicación de tal o cual pastor, y esto no es así. Respetamos el libre albedrío, enseñamos cómo fuimos formados por Dios, con capacidad de decidir como una virtud de la condición humana».
Eso no quiere decir que no haya evangélicos de ACIERA en política. Un de las estrellas de la noche fue el vicegobernador de Misiones, Pablo Tschirsch, un pastor bautista que, según sus números, encabeza las encuestas a gobernador. «Estoy 15 puntos arriba en el interior y cinco en la capital», decía entusiasmado. De paso, aclaraba que está distanciado del actual mandatario, Carlos Rovira.
A ningún candidato se le pasó por alto un anuncio al final de la cena: el proyecto de congregar en marzo, junto al Obelisco, a un millón de evangélicos. (Sergio Rubin/EL CLARIN)
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