Las principales religiones de las que los chinos se declararon seguidores son el budismo, taoísmo, cristianismo y el islam, aunque también un gran numero afirmó que cree en las religiones tradicionales chinas.

Cerca de 200 millones de chinos son budistas y taoístas o bien adoran figuras legendarias como el Rey Dragón y el Dios de la Fortuna.

Un dato a destacar es el crecimiento que han registrado las religiones cristianas en los últimos años, ya que ha pasado de menos de 10 millones a finales de los años 90 a 16 millones en 2005.

El sondeo también reveló un aumento considerable de los jóvenes que creen en la religión, después de que a fines de la década de los 90, la mayoría de los creyentes tenía más de 40 años de edad y ahora se ubican entre los 26 y 39 años.

En opinión del profesor Liu, el crecimiento de los creyentes en China obedece a la libertad religiosa que pueden disfrutar los chinos y a los problemas sociales que ha provocado el desarrollo socio-económico del país, que lleva a la población a refugiarse en la fe.

El 24.1 por ciento de los encuestados afirmó que su motivación para estar en su religión es porque los ayuda a curar enfermedades, evitar desastres y les garantiza una vida favorable.