El miércoles 18 tras un encuentro con congresistas latinos en la Casa Blanca, el primer mandatario aseguró que está dispuesto a invertir “capital político” para lograr la reforma migratoria, pero afirmó que los indocumentados que ya se encuentran en EE.UU. deben entender que “han violado la ley” y, por lo tanto, su camino a la legalización “no va a ser un camino de rosas”.
Los casi 14 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula viven en el país, deberán pagar una multa, ponerse a la cola de quienes han cumplido el proceso de manera legal y aprender inglés. “Una vez que hayan hecho todo eso habrá un camino hacia la ciudadanía”, explicó el presidente estadounidense, quien insistió en que el proceso “solo se aplicará si cumplen cada requisito”.
La reforma que propone Obama es similar a la que se debatió en el Congreso en 2007 y que fracasó debido a la falta de apoyo del Partido Republicano aunque Obama votó como senador a favor de esta.
Reconoció que dicho encuentro pudo haber influido en la decisión del mandatario, pero más que nada aseguró “es un reconocimiento al papel fundamental que tuvo la comunidad latina al darle su voto durante las elecciones de noviembre pasado”.
El líder religioso añadió que la iglesia ha jugado un papel muy importante al traer a la luz pública los efectos de las leyes antiinmigrantes que se han aprobado en el estado y como tal, continuarán con su acción pro activa.
“Con la decisión del presidente no solo crece la fe porque como dicen la fe sin obra es una fe muerta y ese es el mensaje que trato de transmitir a los pastores. Hay tiempo para orar pero también para actuar y, por eso, comenzaremos a asistir a las audiencias públicas y monitorear las leyes, especialmente las acciones de los alguaciles de cada condado”.
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