MOZAMBIQUE,
«Todo cambió desde que las Biblias Hablantes llegaron a Inhapel», afirma. Calcula que no hay más de seis Biblias impresas en el pueblo, y no recuerda haber visto a ninguno de los trescientos cincuenta habitantes leer una de ellas. La situación es muy diferente para las Biblias Hablantes.
Desde que llegaron al pueblo se formaron varios grupos de oyentes, y casi la mitad de los pobladores ahora asiste a la iglesia. Lo único que el pastor Sarmento pide cuando le entrega una Biblia Hablante a una persona, es que le prometa tocarla regularmente y deje que otros lleguen a escucharla.
Algunos tocan las Escrituras una vez a la semana en sus casas, en tanto que otros simplemente las tocan al aire libre donde los que pasan pueden escucharlas.
«¡A la gente le encanta oír la Palabra de Dios!», dice. «Tan pronto empieza a sonar una Biblia Hablante, la gente se reúne. El hecho de que habla xitshwa hace que lleguen corriendo».
COMPRENSIóN
Así como usa la Biblia Hablante para ministrar en su pueblo, el pastor Sarmento ha notado que le permite descubrir por sí mismo las riquezas de la Palabra de Dios.
Como ya escuchó todo el Nuevo Testamento, siente que tiene una mejor comprensión de las Escrituras, y puede transmitirlo a los miembros de su congregación. Antes de que llegaran las Biblias Hablantes, solía leer solamente pasajes bíblicos cortos, y le era difícil entender la Biblia como un todo.
EXPECTATIVA
Usa su fuerte tronco para impulsarse por un camino arenoso desde su casa hasta la iglesia, y lleva su Biblia Hablante en la camisa. Cuando los pobladores lo ven dirigiéndose a la iglesia comienzan a reunirse, con la expectativa de escuchar la Palabra de Dios. «Le doy gracias a Dios por haber perdido mis piernas, porque la gente escucha el mensaje que les traigo», dice.
Fuente: Bibliaweb.com. Redacción: ACPress.net
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