En el pasado mes de julio, la visita del actor Tom Cruise, reconocido ´embajador´ de la Cienciología, a Berlín, desató toda una polémica. Cruise llegó para el rodaje de la película Valkiria, sobre el general Claus Schenk von Stauffenberg, autor del atentado contra Adolfo Hitler, el 20 de julio de 1944, del que el dictador salió ileso y que le costó la vida al militar.

Pero lo que tiene enfadados a los alemanes es la reciente publicación de una investigación sobre las actividades de la organización, titulada “El libro negro de la Cienciología”, de la experta Ursula Caberta, y del informe oficial de inteligencia de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución.

Estos textos revelan que, tras 10 años de vigilancia, Alemania ya tendría argumentos para declarar inconstitucional y prohibir y expulsar del territorio a la Cienciología como secta.

De acuerdo con el informe oficial, la meta de la Cienciología es la psicología de la persona para ejercer absoluto control sobre ella y la persecución de sus críticos, mediante la difamación y persistentes demandas legales.

Aparte de establecer que en Alemania la Cienciología tiene alrededor de 6.000 seguidores y una infraestructura de 16 misiones, y dos de los llamados ´Centros de Celebridades´, adonde acuden los seguidores más famosos, el informe revela que los cienciólogos trabajan arduamente en la construcción de una «Nueva Civilización».

Lo que terminó de encender las alarmas es un párrafo, citado por la Oficina para la Protección de la Constitución, de otro documento interno en el que los cienciólogos especifican su plan de colonizar Berlín como punto estratégico de acceso al poder político y gubernamental.