Desde la aprobación del matrimonio entre homosexuales, Argentina no ha sido sede de muy buenas noticias a nivel moral o espiritual. Por eso un grupo de líderes cristianos ideó una campaña para intentar, una vez más, rescatar los valores que parecen perdidos.
“Si llamamos a la gente al arrepentimiento, de qué se van a arrepentir si hoy en día no saben ni lo que está bien ni lo que está mal. Entonces hemos iniciado esta nueva forma de evangelizar; primero por la enseñanza y seguido por la predicación”, comenta el Pastor Jorge Himitian, organizador de la campaña «La Argentina que queremos».
Esta es una campaña diferente, ya que no apunta a un evento, es un proceso, cuya finalidad es llegar a toda la capital, aproximadamente unas setecientas mil viviendas.
«La idea es llegar todos los meses con un folleto muy sencillo con una frase inicial: “La Argentina que Dios quiere,” y siempre una frase de conclusión que es “con Jesucristo es posible” y en el medio hay un mandamiento dicho en primera persona en plural, por ejemplo: “Respetemos la vida, es un regalo de Dios” explica Himitian.
Concepto de unidad
Una segunda razón por la que se distingue esta campaña, es el concepto de unidad. “El Consejo de Pastores se ha unido en reconocer que, según la Biblia, en cada ciudad hay una sola iglesia, puede haber muchas congregaciones, pero no muchas iglesias. Todas esas congregaciones forman la iglesia de Jesucristo en la ciudad” añade el pastor.
Con este concepto ya están cubiertas 5.000 manzanas de la Capital Federal, cuyo total es de 12.000. Las congregaciones proponen sus responsables y asignan a un obrero para cada manzana. El cual recorre su zona entregando el folleto casa por casa.
Además del reparto por manzanas, la campaña se extiende lentamente a los medios masivos, llegando a la radio, televisión y carteles en autopistas de acceso a la ciudad.
“Esto significa mucho dinero y aquí hay otro aspecto importante para destacar: nosotros le llamamos el milagro financiero. Esta campaña está costando alrededor de 40.000 dólares por mes y siempre tenemos superávit. Entonces esto es una cosa maravillosa, es una forma de mostrar realmente la mano del Señor en todo esto”, concluye Himitian.
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