China, (ORBITA).- La secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, terminó ayer una visita a China asistiendo a los servicios de una iglesia controlada por Pekín y sostuvo una breve conversación por internet con activistas que defienden los derechos de las mujeres.
Los eventos del último día de una gira por Asia de una semana buscaron resaltar el compromiso de Clinton con los derechos civiles y religiosos en una manera que no ofendiera al Gobierno de China, que no aprueba lo que ve como interferencia en sus asuntos internos.
«Cada sociedad tiene desafíos y problemas, temas y obstáculos, y es importante que personas como todos ustedes continúen abordándolos y defendiéndolos», declaró Clinton al reunirse con cerca de una decena de activistas por los derechos de las mujeres en la embajada estadounidense.
La funcionaria elogió a los activistas, entre los que había defensores de los derechos legales, medioambientalistas y un médico de 82 años, Gao Yaojie, quien expuso la propagación del sida en el centro de China.
«El cambio realmente no ocurre a partir de decisiones individuales, (sino con) muchos millones de decisiones individuales, en las que alguien hace una advertencia como el doctor Gao y dice: «No, no me quedaré callado. Eso es lo que debemos alentar», agregó.
Clinton dejó en claro durante su visita que aunque abordaría el tema de los derechos humanos en China no dejaría que las preocupaciones de Washington se interpongan en el trabajo conjunto para impulsar la economía mundial, luchar contra el cambio climático y establecer políticas de seguridad.
China y Estados Unidos dependen de la recuperación de la economía estadounidense y se hundirán o salvarán juntos, dijo en una entrevista con el canal de televisión Dragon, con sede en Shanghái.
China es el mayor tenedor de la deuda estadounidense en el mundo y Clinton dijo que seguir invirtiendo en la nación asiática era una «decisión muy inteligente».
«De modo que al continuar apoyando los instrumentos del Tesoro estadounidense, los chinos están reconociendo nuestra interconexión. Verdaderamente vamos a levantarnos o hundirnos juntos. Estamos en el mismo bote y por suerte estamos remando en la misma dirección», manifestó.
Luego de visitar Tokio, Yakarta, Seúl y Pekín durante la última semana, Clinton comenzó su día asistiendo a un servicio religioso en la Iglesia Cristiana Haidiana, que fue inaugurada en un distrito universitario de Pekín antes de los Juegos Olímpicos del 2008.
China cuenta con cerca de 40 millones de cristianos activos, y sus miembros están divididos entre la iglesia controlada por el Estado y organizaciones religiosas clandestinas, de acuerdo a cálculos de expertos.
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