Un ministerio interpastoral presenta cifras preocupantes con respecto a la labor del pastorado, en el que muchos sufren estrés y desilusión.
El pastorado o liderazgo de una comunidad cristiana es una labor de alto riesgo. Así se desprende de los datos publicados en el libro “Pastors at Greater Risk” (Pastores en gran riesgo) editado por el ministerio HB, con base en Londres.
Este ministerio se dedica a ayudar a los pastores y sus familias en la resolución de conflictos personales, de ahí su interés en relevar el tema y dar a conocer los sorprendentes resultados.
Los índices dados a conocer son verdaderamente alarmantes. Seguramente pocos imaginan que cada mes 1500 pastores dejan el ministerio por conflictos, por sentirse quemados o por alguna caída moral. Entre quienes no dejan su ministerio, el 57% confiesa que lo haría si tuviese otro lugar donde ir u otra forma de ganarse la vida.
Aún sin poner en duda su llamado, el 60% de los pastores piensa que su dedicación al ministerio de la iglesia ha impactado negativamente su pasión por expandir el Evangelio.
IMPACTO EN LA FAMILIA
En cuanto a las esposas de pastores, el 45% de ellas alertan del gran daño físico, emocional y espiritual por el cual pasan junto a sus familias. Las relaciones interpersonales también se ven afectada por el ministerio pastoral: un 25% de las esposas indica que la agenda de sus maridos es una fuente de conflicto y afecta negativamente a sus familias.
Por otra parte, el 90% de los pastores trabajan más de 50 horas a la semana y aun así no cesa la presión que cada de uno de ellos sienten porque el trabajo nunca está terminado y siempre se espera más de ellos. Además, el 94% de los pastores sufre presiones graves por la exigencia de tener una familia perfecta.
Por último, el 25% de los pastores no sabe a quién acudir cuando tienen problemas familiares o personales.
Fuentes: EntrecristianosEditado por: Protestante Digital
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