La segunda jornada del papa el pasado 23 de septiembre en su Alemania natal tuvo un marcado carácter ecuménico y por deseo de Benedicto XVI el encuentro con los líderes protestantes se desarrolló en el exconvento de los agustinos de Erfurt donde estudió y ejerció Lutero.
El Papa teólogo señaló que el pensamiento de Lutero y toda su espiritualidad «eran completamente cristocéntricos» y que la «candente pregunta» que se hacia ¿Cómo se sitúa Dios respecto a mí, cómo me posiciono yo ante Dios?; «debe convertirse otra vez y de un modo nuevo en una pregunta nuestra».
El Papa abogó porque los cristianos reconozcan la comunión «como nuestro fundamento imperecedero» e invitó a los protestantes a trabajar cada vez más juntos con los católicos para testimoniar la fe en un mundo secularizado.
UNIDOS FRENTE A LOS PENTECOSTALES
Pero en esa comunión no están las iglesias pentecostales, que son los protestantes que más crecen en el planeta Tierra. Benedicto XVI dijo que las iglesias cristianas históricas están «perplejas» y preocupadas por el avance de las iglesias pentecostales.
«En los últimos tiempos, la geografía del cristianismo ha cambiado profundamente y sigue cambiando todavía. Ante una nueva forma de cristianismo, que se difunde con un inmenso dinamismo misionero, a veces preocupante en sus formas, las Iglesias confesionales históricas se quedan frecuentemente perplejas», denunció el Papa, en alusión a las iglesias pentecostales,a las que en sus visitas a África y Latinoamérica denominó «sectas evangélicas».
El papa Ratzinger subrayó que en su opinión se trata de un cristianismo de «escasa densidad institucional, con poco bagaje racional, menos aún dogmático, y con poca estabilidad».
Pero agregó que ese fenómeno «mundial» obliga a preguntarse «qué es lo que permanece siempre válido y qué puede o debe cambiarse ante la cuestión de nuestra opción fundamental en la fe».
COSAS EN COMÚN
El papa Ratzinger hizo estas manifestaciones en el encuentro que mantuvo con los representantes del Consejo de la Iglesia Evangélica Alemana (EKD) en Erfurt (este de Alemania), ciudad en la que ejerció Martín Lutero (1483-1546) y en la que fue ordenado sacerdote católico en 1507, antes de liderar la reforma protestante, en 1521.
Benedicto XVI dijo que en estos momentos lo más necesario para el ecumenismo es no perder las grandes cosas que tienen en común. «La cosa más importante para el ecumenismo es que, presionados por la secularización, no perdamos casi inadvertidamente las grandes cosas que tenemos en común, aquellas que de por sí nos hacen cristianos y que tenemos como don y tarea», afirmó.
«Fue un error -añadió- haber visto mayormente aquello que nos separa y no haber percibido en modo esencial lo que tenemos en común en las grandes pautas de la Sagrada Escritura y en las profesiones de fe del cristianismo antiguo».
CELEBRACIÓN ECUMÉNICA
Tras el encuentro, Benedicto XVI y los líderes religiosos protestantes alemanes celebraron en el exconvento de los agustinos una celebración ecuménica en la que un obispo evangélico leyó el salmo 164 en la traducción que hizo Lutero, en el que expresa la vocación cristiana para alabar a Dios.
El papa recitó luego un rezo para la unidad de los cristianos; el presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos, el cardenal católico Kurt Koch, una plegaria sacerdotal y luego conjuntamente el Padrenuestro.
Fuentes: Efe, Protestante Digital
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