Tras la rehabilitación del pabellón “E” del penal de Punta Arenas a cargo de los propios reclusos, el pasado 28 de mayo tuvo lugar su inauguración con un acto que contó con la presencia de varios diputados, senadores y autoridades regionales, sociales y eclesiásticas.

Como invitado especial, participó en la actividad el pastor Heriberto Peralta (www.heribertoperalta.com), ex convicto que recibió a Jesús en la cárcel de San Miguel (Santiago de Chile), quien compartió su historia con los asistentes, como testimonio de que Dios puede cambiar a un delincuente y hacerle una nueva persona dentro y fuera de la cárcel.

NUEVA VIDA
El módulo “E” fue transformado en el pasado en un pabellón de alta seguridad tras la muerte de un recluso. Posteriormente quedó deshabitado, y más tarde se le concedió a la «iglesia interna», un grupo de reclusos cristianos que habían abrazado en su práctica totalidad la fe en Jesús durante su encarcelamiento. Ellos se hicieron cargo de este espacio gracias al apoyo de la comunidad cristiana de esa ciudad; y lograron que el derruido pabellón penitenciario pudiese convertirse en un espacio habitable y hasta acogedor como parte del proyecto de valorización humana llamado APAC que en sus siglas significa «Amando al Preso, Amaras a Cristo».

Allí se encuentran hoy los internos que profesan la fe evangélica y están pagando con dignidad su condena por errores cometidos en el pasado. “Esa dignidad que solo es posible cuando Jesús llega a morar en el corazón del hombre” afirman.

El sector cuenta con talleres, baños equipados y dormitorios que sus propios beneficiados catalogan como “un lugar digno”. Sólo en las antiguas fotografías queda el recuerdo del espacio insalubre que recibieron inicialmente y que los mismos reos recuperaron., ahora con numerosos textos bíblicos en las paredes.

Esta dependencia fue inaugurada con la presencia de parlamentarios, autoridades nacionales y el Capellán Nacional de Gendarmería de Chile, pastor Luis Mussiett, así como el Capellán Nacional de APAC, pastor Ricardo Arredondo.

Durante el acto, Mussiett resaltó su misión de crear espacios en que los internos cumplan sus condenas con dignidad y a la vez sin favoritismos en cuanto a asmir la integridad de la pena recibida. “Que la persona vea la visión laboral, educacional, de salud, pero todo esto cubierto con un parámetro de espiritualidad, con una metodología de revalorización humana”, expresó.