Argentina

Para el catedrático Antonio Cabrales, la envidia está «codificada en los genes», entendiendo ésta como la «aversión a la desigualdad» que lleva a las personas a guiarse no sólo por su beneficio, sino también a tomar decisiones por comparación con los demás.

Lo que la Biblia llama pecado original, aquel con el que nacemos, la ciencia económica lo interpreta como inherente al ser humano. En definitiva, la consecuencia es la misma (aunque no la solución ni el motivo).

Así, hay «poderosas razones evolutivas» para que las personas sean envidiosas por naturaleza, según el catedrático del Departamento de Economía de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) Antonio Cabrales. A través del uso de técnicas experimentales en Economía, el Catedrático analiza el concepto de la envidia y su repercusión económica en las empresas.

De los resultados del estudio se extrae que, a la hora de tomar decisiones, las personas no sólo se guían por su propio beneficio, sino también «por las ganancias materiales que pueden tener otros individuos de su red social», es decir, «por envidia». «Los individuos están dispuestos a gastar recursos de todo tipo (monetarios, de esfuerzo…) con tal de reducir las diferencias de bienestar material respecto a otras personas», asegura Cabrales.

Por eso, según este análisis, la envidia es el resultado de una competición por unos recursos limitados y nace porque los beneficios que se obtienen en el trabajo «se utilizan después en algún tipo de conflicto interpersonal, como a la hora de obtener la mejor pareja o la dominancia en el rebaño».

En este sentido, para el ser humano «la victoria no solamente depende de tener mucho, sino de tener más que el otro», algo que Cabrales considera necesario corregir a través de la educación y la formación para evitar consecuencias «nefastas» para el individuo y el grupo. En el ámbito de las empresas, la envidia puede observarse principalmente en las promociones internas y los abanicos salariales de los trabajadores.

Para la realización de este estudio, que es principalmente teórico, se han empleado técnicas de teoría de juegos aplicadas a los problemas de decisión interpersonal e intertemporal planteados. También se ha llevado a cabo una parte experimental para analizar los efectos de la envidia en sujetos reales, en la que se reunió a un grupo de estudiantes de grado en un laboratorio informático para que tomaran decisiones que tenían efectos monetarios concretos sobre ellos y simultáneamente sobre otras personas.

Por último, la investigación ha profundizado en el análisis de datos utilizados en los mercados laborales para tratar de discernir cómo afecta la envidia a diversas variables contractuales, salariales, movimientos entre empresas, etc.

Fuente: EFE. Edición: ProtestanteDigital.com

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