MADRID, 02/04/2007 (La Razon/ACPress.net)
Salen a la luz las historias hasta ahora silenciadas de héroes árabes que se opusieron a Hitler. Mientras que líderes árabes como el de Hezbollah, Hasan Nasrallah, niegan la existencia misma del Holocausto, lo cierto es que son muchos los casos de musulmanes que decidieron arriesgar sus propias vidas para salvar a judíos de la amenaza nazi.
Sin embargo, ninguno de sus nombres está inscrito en la extensa lista de los «Justos entre las naciones» que realiza el Museo del Holocausto de Jerusalén, y es que durante años tanto hebreos como árabes han preferido ocultar estos gestos de unión entre dos religiones hoy tan enfrentadas en el conflicto arabe-israelí.
Estos nobles individuos abrieron las puertas de sus hogares a judíos, protegieron sus bienes para impedir que fueran incautados por alemanes, compartieron con ellos su comida y previnieron a los líderes de la comunidad judía sobre posibles apariciones de los guardias de las SS.
Los judíos que habitaban en países árabes como Libia, Marruecos, Túnez, Egipto y Palestina tenían prohibido recibir educación y desplazarse libremente, eran cruelmente torturados, estaban obligados a realizar trabajos forzados y muchos fueron deportados e incluso ejecutados.
HEROES Y PROTECTORES
Una de las historias revelada es la de un granjero árabe llamado Si Ali Sakkat que logró esconder a sesenta judíos que habían escapado de un campo de concentración nazi. Les dio refugio en su propia casa hasta que las tropas aliadas los liberaron. Todavía mayor fue el número de judíos a los que ayudó el árabe más influyente de Europa, Si Kaddour Benghabrit, el imán de la Gran Mezquita de París. Gracias a él, se salvaron cien judíos entregándoles documentos que certificaban identidad musulmana. Así se salvaron del arresto y la deportación.
Son muchas las historias de estos héroes árabes, aunque la mayoría de los musulmanes prefirieron mantenerse al margen o colaborar con el régimen de Hitler. Algunos eran oficiales que manipulaban a los jueces en las cortes, guardias sádicos en los campos de trabajo, espías que indicaban a las SS los lugares donde los judíos se refugiaban.
Dos caras de una misma moneda que el pueblo árabe necesita escuchar y conocer, tanto las de los héroes como las de los villano.
Fuente: La Razon. Redacción: ACPress.net
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