Videos e imágenes de la devastación causada por el terremoto, que sacudió la costa este de Japón y el tsunami que siguió el viernes, han dejado al mundo en estado de shock. La mayor preocupación sobrevino después de que los sistemas de refrigeración de tres reactores nucleares fallaran. Las autoridades han estado bombeando agua de mar para enfriar los reactores, pero una catástrofe nuclear no ha sido descartada.
John Piper, pastor en la Iglesia Bautista Belén en Minneapolis, y uno de los líderes protestantes más conocidos en el mundo, dijo que los eventos catastróficos le obligaron a arrodillarse en oración.
SU CLAMOR
Padre en el cielo, tú eres el Soberano absoluto sobre el temblor de la tierra, el levantamiento del mar, y la furia de las olas. Temblamos ante tu poder y nos inclinamos ante tus juicios inescrutables e inescrutables caminos, expresó Piper en una oración por Japón.
Oh Dios, nos humillamos bajo tu majestad santa y nos arrepentimos. En un momento -en un abrir y cerrar de ojos- nosotros también podríamos ser arrastrados. No somos más merecedores de tierra firme que nuestros semejantes en Japón. Nosotros también somos carne», siguió orando.«En esta hora oscura nos volvemos contra nuestros pecados, no contra ti.
El pastor además pidió a Dios por misericordia y compasión.«Concédenos, a tus criaturas pecadoras, volver a ti, que tú puedas tener compasión. Por seguro que serás abundante en perdón. Todo aquel que invocare el nombre del Señor Jesús, tu Hijo amado, será salvo, oró.
Luego continuó: Que cada pérdida desgarradora – millones y millones de pérdidas – sea sanada por las manos heridas de Cristo resucitado. Tú no eres ajeno al dolor de tus criaturas. No les permitas juzgarte con sentido débil, sino confiar en tu gracia. Y detrás de esta providencia, pronto descubrirán una cara sonriente.
NECESIDAD DE ORAR
John Piper es autor de numerosos libros, la mayoría de ellos traducidos al español, como: ¿Es un deber la oración disciplinada? El autor responde a este interrogante y confiesa: “Soy un pecador con una necesidad desesperada de hablar con mi Rey todos los días, y mi pecado me inclina a dejarlo una y otra vez. Si no establezco una hora y un lugar, soy historia”.
Piper predica en contra del llamado “evangelio de la salud, riqueza y prosperidad”, que achaca a cualquier tragedia ser un castigo de Dios, y entiende su bendición como unida inexorablemente a la prosperidad física y material.
Fuentes: Christian Post, Christian Post Mundo Cristiano
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